Teníamos que buscar soluciones rápidas. Brindábamos todo lo que estaba a nuestro alcance: ropa, calzados, alimentación, juguetes, útiles, tratábamos de que se preocuparan por su salud, entre otros.

Se creía que la niñez del barrio era una niñez discapacitada. Varios estudios pedagógicos nos mostraron que había un desfasaje entre la edad de desarrollo y la cronológica. Se abrieron entonces dos aulas con dos maestras especializadas en dificultades de aprendizaje. La urgencia de este trabajo fue para acortar ese desfasaje, nivelarlos y que enfrentaran la escuela primaria de una manera más asertiva.

Se comenzó también con una Guardería para niños entre 1 y 3 años.

Estábamos empezando a transitar un camino de darle a la comunidad del barrio las herramientas que necesitaban.

Con el paso de tiempo la institución iba creciendo y se iba afianzando a nivel barrial y estatal. Algunos trámites comenzaban a ser más fáciles y los organismos públicos comenzaban a reconocer y valorar nuestro trabajo, lo que nos daba la posibilidad de seguir creciendo.

Necesitábamos aumentar nuestra incidencia en aspectos educativos.

Pudimos comenzar con el Dpto. de Estimulación Temprana que atendía bebes desde su nacimiento, significó un avance muy importante por los progresos rápidos e importantes en la evolución de los bebes y la relación con las familias de los mismos. Fuimos pioneros en lo que hoy llaman Estimulación Oportuna en los Centros CAIF.

Se realizó el Primer Congreso de Marginados con la propia comunidad. Se vieron enfrentados a sus propios problemas, algunos que no habían identificado aún. Creció el interés por avanzar, sintiendo que “podían” Por muchos meses seguían reuniéndose tratando de avanzar, de ayudarse entre ellos y entre todos apoyar a la Institución.

Conseguimos que UTU y ANEP realizara convenio con nosotros para Cursos Móviles y así comenzó la capacitación en varios oficios tanto para mujeres como para hombres.

También se pudo atender a toda la comunidad en el área de salud. Tres jóvenes médicos recién especializados en Medicina Familiar se instalaron en nuestra institución y en forma permanente, por más de veinte años se dedicaron a mejorar la salud de la población.

La evolución de la comunidad ya era notoria, especialmente en las familias iniciales y más cercanas geográficamente. Ya comenzaban a enfrentar sus problemas, a buscar trabajo, a querer capacitarse.

Esta década se caracteriza por el crecimiento Institucional y la búsqueda de recursos para poder mantener el ritmo de trabajo y el crecimiento de la institución.

Tuvimos la posibilidad, a través del Fondo de Inversión Social de Emergencia (FISE), de presentar proyectos de desarrollo, producción, etc

Así surge el Proyecto de Educación para el Desarrollo el cual fue aprobado. Ese año para actualizar los datos obtenidos en el Primer Congreso Zonal de Marginados, se organiza el Segundo Congreso y con estudiantes de la Facultad de Psicología se realiza un Censo de Población. A partir de estos insumos comenzamos a trabajar en el Proyecto con un equipo interdisciplinario.

Gracias al apoyo recibido del gobierno de Canadá pudimos terminar la construcción del primer piso de la institución lo que nos daba la posibilidad de seguir ampliando los servicios.

Siguiendo la evolución de los bebes y niños atendidos en Estimulación Temprana, se comienza a trabajar en Educación Inicial con maestras especializadas.

Se firmaron Convenios con el INAU para los Programas CAIF y Club de Niños.

Cumplimos 25 años, y los espacios educativos y de desarrollo psicosocial ya eran parte de la realidad de Centro Morel.

Centro Morel no ha sido ajeno a las diferentes crisis económicas que le ha tocado atravesar a nuestro país. En algunos momentos tuvimos que realizar una olla institucional donde comían 700 familias.

Pero como siempre seguimos trabajando para todas las familias de barrio, logramos firmar un convenio del Consultorio Jurídico con UDELAR, que permite a toda la comunidad contar con servicio y asesoramiento legal de manera gratuita. También se firma con MIDES convenio para el funcionamiento de SOCAT dentro del centro. Esto hace que los vecinos del barrio sean participes y protagonistas de su propia realidad a partir de la identificación de necesidades y búsqueda de soluciones conjuntas.

Por falta de financiamiento se tuvo que cerrar el Centro de Jóvenes. Esto significo una gran pérdida para los adolescente del barrio ya que en el ese espacio encontraban un lugar de contención, de apoyo, de herramientas y aprendizajes que les daban la posibilidad de construir un nuevo futuro.

Pero en Morel nunca nos quedamos quietos ni nos damos por vencidos cuando se presenta alguna dificultad. Seguimos adelante con lo que teníamos, sabiendo que el esfuerzo debe ser la base de todo crecimiento y siempre teniendo presente que las familias del barrio necesitan del centro.

Festejamos los 40 años con mucha emoción y entusiasmo de seguir adelante.

El paso del tiempo nos ha dado experiencia, continuidad, nuevos festejos y sobre todo nuevos desafíos.